Miles de tortugas aturdidas por el frío han quedado atrapadas en el golfo de México tras una inesperada bajada de las temperaturas

Una ola de frio provocó la bajada de la temperatura de las aguas del golfo de México, lugar donde viven miles de tortugas. Las bajas temperaturas paralizaron a las tortugas y corrían riesgo de morir. Un grupo de voluntarios decidió salir en su rescate.

Las tortugas, como el resto de los reptiles, no son capaces de generar su propio calor y por tanto dependen de la temperatura del ambiente para mantenerse calientes. De ahí la frase «ponerse al sol como los lagartos». La mayoría de las especies de tortuga habitan en aguas tropicales y su temperatura óptima es de unos 20ºC. Sin embargo, otros individuos están adaptados a aguas más frías como las del océano Atlántico y soportan hasta 13ºC.

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La semana pasada, tras una tormenta invernal en EEUU, la temperatura de las aguas del golfo de México cayó por debajo de los 10ºC. Esto provocó que el corazón de las miles de tortugas marinas que viven en estas aguas se ralentizara. Las tortugas paralizadas y aturdidas por el frío pierden la capacidad de nadar, se quedan flotando y corren el riesgo de ahogarse o de ser atacadas por sus depredadores.

Paralizadas por el frío

Habitualmente, cuando desciende la temperatura, las tortugas migran a aguas más cálidas. En esta ocasión la bajada fue tan brusca que no pudieron reaccionar, y miles de tortugas se quedaron atrapadas. Ante este suceso, un pequeño ejército de voluntarios salió al rescate de estos animales en peligro de extinción. La operación estuvo liderada por Sea Turtle, Inc una organización sin ánimo de lucro, y participaron barcos privados, ONGs y el ejército.

Algunos voluntarios peinaron las orillas de las playas en busca de tortugas que hubieran llegado con la marea. Mientras tanto, las embarcaciones sacaban del mar a estos reptiles paralizados para finalmente llevarlos a un lugar seguro. Hasta el viernes 19 de febrero los voluntarios habían logrado rescatar a unas 7.000 tortugas. Entre ellas  se encontraban algunas especies en grave peligro de extinción, como las tortugas verdes, las caguamas y las tortugas de Kemp.

Sin embargo, lo complicado no fue la operación de salvamento, sino mantener a todas las tortugas calientes en tierra. Estas fueron acogidas por el centro de rehabilitación de Sea Turtle y el centro de convenciones de South Padre Island, donde gracias a generadores donados las mantuvieron a una temperatura adecuada. Según Endy Knight, directora de Sea Turtle, «las tortugas no podrán ser liberadas hasta que la temperatura del agua alcance al menos los 13ºC».

Este es considerado el mayor evento de aturdimiento por frío que se ha producido en los EEUU desde que Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica registra estos sucesos.