Un nuevo estudio aclara el motivo de por qué hace 254 millones de años el 95% de las especies marinas murieron durante la mayor extinción de la historia de la Tierra

Miles de especies de animales y plantas podrían extinguirse más pronto de lo que se esperaba debido al calentamiento global, pero esta cantidad parece minúscula comparada con la mayor extinción de la historia de la Tierra, llamada “la Gran Mortandad”.

Hace 254 millones de años una serie de eventos estuvieron a punto de hacer desaparecer la vida en nuestro planeta. El 70% de las especies de vertebrados terrestres se extinguieron, y el destino de las especies marinas fue aún más aciago, solo consiguieron sobrevivir un 5% del total.

La biodiversidad de nuestro planeta sufrió un duro golpe del que no se recuperaría hasta millones de años después, durante el Mesozoico, la era en la que los dinosaurios dominaron una Tierra más parecida a la que conocemos.

El desencadenante de la Gran Mortandad fueron enormes erupciones volcánicas, una de las fuerzas de la naturaleza más peligrosas. Toda la región que hoy conocemos como Siberia fue cubierta por siete millones de kilómetros cuadrados de lava de los que hoy en día aún se conservan dos millones de kilómetros cuadrados en forma de basaltos.

Mapa lavas de Siberia

Mapa que muestra la extensión de lava y restos volcánicos en Siberia que iniciaron la Gran Mortandad. Fuente: Wikimedia Commons

La actividad volcánica más potente en los últimos 500 millones de años fue el inicio de esta extinción masiva, pero hasta ahora los científicos no estaban seguros de cuales fueron los siguientes pasos que llevaron a tantas especies a desaparecer.

El níquel como llave del pasado

Un nuevo estudio de la Universidad del Norte de Arizona ha descubierto una gran cantidad de níquel en las rocas formadas en esa época, fruto de las erupciones volcánicas masivas, una anomalía si se compara con periodos en los que la vida se mantuvo más estable en la Tierra.

Laura Wasylenki, coautora del estudio, lo explica de la siguiente manera: “El níquel es, en pequeñas cantidades, un metal esencial para muchos organismos, pero el incremento masivo de níquel habría conducido a un aumento inusual en la producción de metanógenos, microorganismos que producen gas metano. El aumento de metano habría sido tremendamente dañino para toda la vida dependiente del oxígeno”.

El metano es un gas muchísimo más potente que el dióxido de carbono para el calentamiento global, junto al resto de gases de efecto invernadero expulsados por las erupciones, la temperatura global aumentó 5º en muy poco tiempo. La erupción también causó una acidificación de los océanos sin precedentes, que afectó gravemente a todos los organismos acuáticos.

El descubrimiento del níquel permite relacionar todos estos eventos y tener una idea más clara de lo que ocurrió hace 254 millones de años, además de abrir una puerta al estudio del níquel como elemento importante en las geociencias y poder explicar cómo la vida en el pasado surgía y desaparecía.

REFERENCIA

Nickel isotopes link Siberian Traps aerosol particles to the end-Permian mass extinction