Las víctimas de esta enfermedad viven su día a día inmersos en un caos emocional que atraviesa por las siguientes fases:

1.- Cuadro depresivo. Los pacientes se sienten desamparados, sufren ansiedad y ataques de ira, no se concentran en el trabajo y no pueden controlar el apetito.

2.- Buen humor. Como en una montaña rusa, tras el bajón anterior, su ánimo se recupera de forma inesperada.

3.- Episodios maníacos. con los siguientes síntomas: autoestima exagerada, delirios de grandeza e hiperactividad laboral y sexual.

4.- Ciclotimia. Los efectos de la depresión y de la euforia se alternan de manera veloz y pueden llegar a confundirse.

5.- Consecuencias. Pueden ir desde la hospitalización hasta problemas legales, o el manifestar en público conductas muy extravagantes.

Redacción QUO