Desde hace una década investigadores de la Universidad de Valladolid encabezados por Luis Ángel Vallejo Valdezate, profesor titular y jefe del Servicio de Otorrinolaringología (ORL) del Hospital Universitario Río Hortega, investigan y diseñan prótesis que permitan reestablecer la función auditiva a pacientes que han sufrido traumatismos, infecciones o alteraciones congénitas en el oído medio.

El oído medio conecta la membrana timpánica con la ventana oval y está formada por la cadena osicular, los tres huesecillos conocidos como martillo, yunque y estribo, y por ligamentos y tendones, encargados de transmitir las vibraciones sonoras hacia el oído interno. Cuando esta zona del oído se ve afectada por alguna dolencia, se produce una disminución de la capacidad auditiva. En este caso una prótesis puede sustituir la función de los huesecillos y permitir que el paciente recupere la audición.

Pero debido a la localización, el tamaño y la función de esta cadena de huesos, los expertos tienen dificultades a la hora de diseñar prótesis. Vallejo Valdezate explica que “cuando sólo falta el estribo utilizamos una prótesis que va desde el yunque hasta la ventana oval”, aunque en muchas ocasiones el problema es mayor y es necesario un modelo que sustituya a todos los elementos osiculares. El inconveniente en este caso es que una sola pieza debe cumplir la función de los tres huesecillos y en la actualidad incluso las prótesis más avanzadas, cuentan con varias deficiencias: “la ventana oval – continúa Vallejo Valdezate– está excéntrica respecto a la membrana timpánica”, lo que se salva con los tres huesecillos sujetos por una serie de ligamentos y tendones, pero la mayoría de las prótesis que hay en el mercado obvian esta situación y son rectas.

La prótesis diseñada por los investigadores vallisoletanos, sin embargo, es arqueada. Además, han desarrollado un amarre en forma de ‘U’ que se abraza al mango del martillo, en lugar de quedar suelta. Este anclaje también permite aprovechar la contracción del músculo tensor timpánico, lo que se traduce en la mejora de la inteligibilidad del sonido en ambiente ruidoso. Las evaluaciones mecanoacústicos efectuadas en esta prótesis demuestran que apenas hay variaciones en la percepción del sonido respecto a un oído sano. Por si fuera poco, la prótesis es de titanio, un material “biocompatible y que transmite bien la energía”.

Juan Scaliter