El llamado “pasaporte biológico” no es más que un informe médico en el que se detallan, sobre todo, qué sustancias hay en la sangre de un ciclista de modo natural, y cuál es el nivel de esteroides en su orina. Así es como la Unión Ciclista Internacional (UCI) determina si un elemento químico hallado en un análisis es o no anormal y, por lo tanto, susceptible de haberse suministrado como dopaje. Antes de existir (se implantó en 2008), se medía a todos por igual, lo cual era injusto.
Enviada por Flavio Casas, correo electrónico
Redacción QUO