Los padres de niños autistas buscan tratamientos de diferentes tipos para sus hijos. Muchos de estos aún no han probado su eficacia, y otros ni siquiera han sido aprobados para el autismo. Pero la búsqueda continúa. Hay quienes recurren a la inmunoglobulina (aprobada para la leucemia y el sida), pero puede causar dolores de cabeza y meningitis. Otra posibilidad son las inyecciones de secretina, una hormona que puede provocar reacciones inmunitarias o diarrea. Los suplementos vitamínicos, las terapias de integración sensorial y las cámaras hiperbáricas son también opciones que se contemplan. Finalmente, hay quienes recurren a una dieta libre de caseína y gluten en un intento de encontrar una solución al autismo.

Redacción QUO