A pesar de los avances en medicina regenerativa, producir órganos a partir de células vivas sigue siendo un objetivo instalado en la ciencia ficción.
Sin embargo, un estudio publicado hoy en la revista Natureha dado un salto cuantitativo hacia su consecución. Un equipo de investigadores de varios institutos y universidades japonesas dirigidos por Mototsugu Eiraku ha reproducido una retina completa de ratón en laboratorio. Pero no dentro de un animal, sino en un cultivo aislado de células madre embrionarias. Esas células comenzaron a diferenciarse en las distintas partes que forman la retina, de las internas a las externas, hasta llegar a configurar una estructura tridimensional en la que surgieron incluso fotorreceptores (los equivalentes a nuestros conos y bastones). Así se formó el tejido más complejo elaborado con ingeniería genética hasta el momento.
La primera utilidad del procedimiento, si se consiguen cultivos que funcionen a largo plazo, sería estudiar la respuesta de la retina a la luz, pero ya se contempla también una aplicación práctica para los humanos. En un comentarioen el mismo número de Nature, los especialistas en este campo Robin Ali y Jane Swoden evalúan el hallazgo y aventuran que, si se reproduce el experimento con cultivos humanos, podríamos utilizar retinas artificiales generadas a partir de células madre de pacientes para investigar enfermedades y probar medicamentos. Un paso más llevaría a la creación de fotorreceptores artificiales destinados a trasplantes. Hoy en día, la mayoría de las cegueras sin cura se deben a la pérdida de estas células, y no afectan al resto de la estructura del ojo.
Pilar Gil Villar