«Doctora, mi pueblo se muere”. Fue la frase que escuchó la investigadora valenciana, Pilar Mateos, la primera vez que pisó suelo boliviano. Lo que mataba y sigue matando a la población indígena es el mal de Chagas, una una infección tropical ocasionada por un parásito protozoo, el Trypanosoma cruzi. Un insecto, la vichuca, transmite el parásito cuando defeca sobre la picadura que él mismo ha hecho para alimentarse. No tiene curación: deteriora los intestinos y el sistema nervioso, provoca un aumento del tamaño del corazón y suele acabar provocando un infarto. Así mueren 43.000 personas al año. Es una agonía a cámara lenta, porque el fallecimiento puede producirse a los diez años de haber recibido la picadura.Lo que ha inventado Pilar Mateos es una pintura que mata al insecto que produce la infección. La pintura contiene Pyriproxyfén, que inhibe el crecimiento de las larvas de la vichuca y produce su muerte. El Pentágono y el Ejército español ya utiliza la pintura en spray para rociar los uniformes de los soldados de misión en países tropicales.
Redacción QUO
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