Hay quien llega a pagar entre 8.000 y 12.000 dólares por una transfusión de plasma de personas muy jóvenes a cambio de recuperar su juventud y detener el paso del tiempo en su organismo, una terapia tan fascinante como inútil, según acaba de anunciar la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos FDA. Es decir, no tiene ningún beneficio probado.
La revista Quo ya relató cómo los millonarios de Silicon Valley, que cada vez invierten más en biotecnologías que les permitan alcanzar el ansiado sueño de la eterna juventud, pagan cantidades desorbitadas por una de estas dosis falsamente prometedoras con la idea de prevenir el envejecimiento, la pérdida de memoria o tratar enfermedades como la demencia, el Parkinson, la esclerosis múltiple, el alzhéimer o cualquier otro mal vinculado a la vejez.
«No hay un beneficio clínico comprobado que derive de la transfusión de plasma de donantes jóvenes para curar, mitigar, tratar o prevenir estas afecciones, y sí existen riesgos asociados con el uso de cualquier producto ligado al plasma», señala la FDA en un comunicado. Sus portavoces, Scott Gottlieb y Peter Marks, aseguran que ninguno de los tratamientos con plasma ha pasado por las rigurosas pruebas requeridas por la agencia.
Uno de los impulsores de esta práctica es el multimillonario Peter Thiel, que financió la investigación de la parabiosis en ratones. Inyectaron sangre joven en roedores más viejos y encontraron que tenía «un efecto rejuvenecedor masivo», dijo en la revista Inc. «Creo que hay muchas de estas cosas que han sido extrañamente poco exploradas», añadió.
Fruto de ese estudio fue el desarrollo de una startup llamada Ambrosia, presente en cinco estados de EE.UU, que vende litros de plasma sanguíneo de donantes de 16 a 25 años. En su página web Ambrosia explica que «los experimentos en ratones fueron el precedente para administrar tratamientos con plasma joven». Sin embargo, la FDA generalmente exige pruebas en humanos antes de que las compañías puedan hacer una afirmación de salud específica sobre un producto.
Empresarios con pocos escrúpulos
«Desaconsejamos enérgicamente a los consumidores que realicen esta terapia que carece de ensayos clínicos con revisión institucional y supervisión adecuada», concluye el comunicado. La transfusión de plasma es un procedimiento aprobado por la FDA en entornos traumáticos o en pacientes cuya sangre no coagula. No obstante, recuerda la agencia, existen riesgos que incluyen reacciones alérgicas, sobrecarga circulatoria, lesiones pulmonares y transmisión de enfermedades infecciosas.
«Nos preocupa que algunos pacientes sean víctimas de autores sin escrúpulos que promocionan tratamientos de plasma de donantes jóvenes como curas y remedios», manifiestan Gottlieb y Marks. Insisten en que tales tratamientos no tienen beneficios clínicos comprobados y son potencialmente dañinos.
Marian Benito