Según varios estudios llevados a cabo por el Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de España, el estrés puede provocar la caída o ruptura de nuestros dientes en consecuencia a varios factores. Uno el ‘bruxismo’, que es cuando debido a la tensión y estrés de nuestro cuerpo apretamos la mandíbula haciendo rechinar los dientes. Esto ocurre a muchas personas mientras duermen, pero también cuando estamos despiertos.
Otra causa es la saliva. Según descubrieron científicos norteamericanos hace poco tiempo en un estudio realizado en 1.400 voluntarios, el estrés, a largo plazo, altera la composición de la saliva, la que a su vez desempeña un papel protagonista en la aparición de caries u otras patologías de la boca como parodontosis y otras afecciones de nuestras encías.
Por consiguiente, aquellas personas agobiadas con el estrés deberían cuidar más su higiene bucal, o cuidar la integridad de su dentadura en el caso del bruxismo, con la colocación de una placa neuromiorrelajante que proteja y alivie la tensión ejercida sobre la mandíbula.
Redacción QUO