A pesar de los mensajes de salud pública que indican que quedarse sentado aumenta el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer, seguimos pasando demasiado tiempo sentados. Uno de cada cinco niños sufre obesidad, una enfermedad crónica que, además, empobrece su calidad de vida.
Lo más grave es que somos poco conscientes del rato que pasamos sentados y de sus consecuencias. En Estados Unidos, una investigación dirigida por Yin Cao, epidemióloga y profesora de la Universidad de Washington en St. Louis, ha analizado la tendencia a sentarse diariamente frente a las pantallas de los diferentes dispositivos de 51.000 personas pertenecientes a múltiples grupos de edad, desde niños hasta ancianos, raciales y étnicos. Y la conclusión es firme: «En casi ninguno de los grupos que analizamos, los datos señalan en la dirección correcta», dice Yin Cao.
Impacto económico
“Muchos de estos hábitos sedentarios –añade- se forman temprano, por lo que si podemos hacer cambios que ayuden a los niños a ser más activos, los frutos serian significativos, tanto para los niños como para su salud en la edad adulta. Además, el país evitaría muchos gastos en salud, puesto que la falta de ejercicio implica una mala salud en muchas áreas”.
A menudo ni siquiera los padres son conscientes del número de horas que pasan sentados sus hijos y tampoco saben cuántas son demasiadas, lo que favorece que el problema avance. Según el estudio, publicado por la Asociación Médica Americana, el tiempo diario creció, de 2007 a 2016, de siete horas por día a más de ocho en los hijos adolescentes, y de 5,5 horas por día a casi 6,5 para los adultos. Los investigadores descubrieron que la mayoría pasa al menos dos horas por día sentados y mirando televisión o vídeos. En los niños de 5 a 11 años, el 62% permanece ese tiempo frente las pantallas. El porcentaje sube al 84% en el caso de los mayores de 65. La propensión a estar sentado es mayor en hombres, y sobre todo los que tienen sobrepeso o son físicamente inactivos, sea cual sea la edad.
Desde la cuna
Según la OMS, hay 41 millones de niños menores de cinco años con sobrepeso u obesidad. Se entiende por sobrepeso infantil cuando el índice de masa corporal está por encima del percentil 85 de las tablas de la OMS, y que hay obesidad cuando este índice está por encima del percentil 97. Ante esta situación, ha publicado una guía sobre actividad física, sedentarismo y sueño para niños de 0 a 4 años, cuya primera recomendación a partir del año es realizar al menos tres horas diarias de actividad física, nada de tiempo de pantallas hasta los dos años, y a partir de esa edad, lo menos posible, con una hora diaria como máximo.
Según las nuevas directrices, los bebés menores de un año deberán mantenerse físicamente activos varias veces al día en una variedad de formas. Cuando aún no se mueven, al menos 30 minutos en posición boca abajo distribuidos a lo largo del día mientras está despierto.
«Lo que realmente tenemos que hacer es devolver el juego a los niños y respetar sus horas de sueño», dice la doctora Juana Willumsen, una de las autoras. Recuerda que la aplicación de las recomendaciones de estas pautas durante los primeros cinco años de vida contribuirá al desarrollo motor y cognitivo de los niños, así como a la salud de por vida.
Marian Benito