Según los investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, los jóvenes que fueron ridiculizados o que se burlaban de ellos por su peso aumentaban su masa corporal en un 33 por ciento más cada año, en comparación con un grupo similar que no había sido objeto de burlas. Los hallazgos parecen contradecir la creencia de que tales burlas podrían motivar a los jóvenes a cambiar su comportamiento e intentar perder peso. El estudio realizado por Natasha A. Schvey, de la Universidad de Servicios Uniformados de Ciencias de la Salud en Bethesda fue publicado en Obesidad Pediátrica.
El estudio involucró a 110 jóvenes que tenían un promedio de 11.8 años de edad cuando se inscribieron. Los participantes tenían sobrepeso (definido como un índice de masa corporal por encima del percentil 85) cuando comenzaron el estudio o tenían dos padres con sobrepeso u obesos. En el momento de la inscripción, completaron un cuestionario de seis ítems sobre si habían recibido burlas sobre su peso. Luego participaron en visitas anuales de seguimiento durante los próximos 15 años.
Los investigadores encontraron que los jóvenes que experimentaban altos niveles de burlas ganaban un promedio de un curto de kilo más por año que los que no recibían burlas. Los autores teorizan que el estigma asociado con el peso puede haber hecho que los jóvenes tengan más probabilidades de tener comportamientos poco saludables, como comer en exceso y evitar el ejercicio. Otra posible explicación es que el estrés de ser vejado puede estimular la liberación de la hormona cortisol, que puede llevar al aumento de peso.
Esther Sánchez