Si te has dado cuenta de que te cortas las uñas de las manos con más frecuencia que las de los pies, no es necesariamente una reflexión sobre tu nivel de higiene. Las uñas de las manos crecen unos 2,5 mm al mes, aproximadamente el doble de rápido que las de los pies.

Los dermatólogos y los científicos aún no han determinado la razón de esta disparidad en los niveles de crecimiento, pero hay una teoría que sugiere que las manos se benefician de una mejor circulación sanguínea, y por tanto, de un mayor suministro del oxígeno y de los nutrientes que estimulan el crecimiento. Y ello se debe a que están más cerca del corazón que los pies. También es posible que algunas manías, como tamborilear con los dedos o rascarse, estimulen su crecimiento, mientras que nuestros pies están libres de tales vicios en el interior de calcetines y zapatos.

Hay evidencias sobre la teoría de las manías: las uñas de los dedos dominantes suelen crecer con más rapidez. Cuanto más corto es el dedo, más lento crece la uña, quizá porque sus vecinos de mayor longitud lo protegen de un exceso de actividad.

Si te muerdes las uñas para mantener a raya el crecimiento, quizá estés tirando piedras sobre tu tejado. «La costumbre puede estimularlo aún más», dice Paul Kechijian, dermatólogo y antiguo jefe de la división ungular del Centro Médico de la Universidad de Nueva York.

Redacción QUO