Todo lo que percibimos es una recreación de nuestro sistema nervioso. Los colores, sabores, sonidos, etc, no existen como tales ahí afuera, sino que son construidos por el encéfalo a partir de la información que capta del exterior. No existe una relación directa y unívoca entre el mundo físico externo y lo que sentimos de manera consciente. Todas las percepciones sensoriales dependen en gran medida de nuestro estado mental, y en ellas se incluye también a las percepciones generadas por el propio cuerpo, como las de dolor.
El umbral de un estímulo, la intensidad a partir de la cual lo sentimos, es en cierta medida algo subjetivo y puede variar según las circunstancias: algo que en un momento nos produce dolor, en otro momento distinto puede pasar desapercibido, ya que las neuronas y la información que codifican sufren ajustes constantes. Por lo tanto, es posible aprender a regular esos umbrales de manera consciente y de esa manera controlar, en cierta medida, la sensación de dolor.
Respondida por: Xurxo Mariño, Neurocientífico de la Universidad de La Coruña para #Quonectados
Redacción QUO
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