¡Estás de suerte! En la pasada década, los científicos han aportado suficientes evidencias para apoyar la tesis de que el chocolate, o al menos algunas de sus sustancias químicas. El chocolate es rico en un tipo de sustancias antioxidantes denominadas flavonoides. Los científicos piensan que estas sustancias favorecen los beneficios del chocolate, pero es un argumento engañoso: el mecanismo exacto por el que los antioxidantes ejercen sus efectos mágicos no se ha entendido lo suficiente, pero se sabe que limpian los radicales libres -átomos cargados, iones o moléculas que dañan las células sanas- en el cuerpo.

Un estudio realizado en 2009 por el centro de investigación de Nestlé en Suiza, suministró a treinta personas 40 g de chocolate negro al día durante dos semanas. La ingesta supuso una considerable reducción de las hormonas relacionadas con el estrés, lo cual explicaría quizá por qué un trozo de chocolate puede ayudar a recuperarnos tras un día agotador.

El efecto antioxidante del chocolate parece reducir la inflamación. Ello puede mejorar el flujo sanguíneo, disminuir los niveles de colesterol malo (LDL) y proteger contra las enfermedades coronarias. Un estudio de 2008 revelaba que la ingesta de 7 g de chocolate negro al día era suficiente para reducir considerablemente los niveles de proteína C reactiva, asociada a la inflamación. Y esto te va a gustar: los antioxidantes del chocolate incluso pueden beneficiar la piel. Un estudio desarrollado en Alemania demostró que las mujeres que ingerían bebidas con flavonoides del chocolate experimentaban entre un 15 y un 25% menos de enrojecimiento cutáneo en respuesta a los rayos UVA.

La hidratación y la textura de su piel también mejoraron, lo cual es atribuido por los científicos a una mejora en el flujo de sangre hacia la piel.

Redacción QUO