El sistema inmunitario suele identificar los cacahuetes como alimentos seguros, se cree que la temprana e intensa exposición a ellos puede hacer que el sistema los confunda con agentes peligrosos. Ocho de cada 10 niños alérgicos tienen una reacción la primera vez que comen un cacahuete.
O quizá sean los videojuegos. Los científicos creen que la vitamina D, que el cuerpo sintetiza gracias a la luz solar, ayuda al sistema inmunitario a calificar de inocuas las sustancias, y a tolerarlas. Los niños que pasan menos horas al aire libre tienden a presentar deficiencias de vitamina D, dice Robert Woods, así que sus metabolismos pueden considerar peligrosas las proteínas del cacahuete. Los padres deberían enviarlos a jugar fuera, en lugar de desentenderse cuando llegan a casa.
Redacción QUO