Un estudio del Instituto de Salud Pública de Noruega destierra el mito de que los dispositivos móviles y la conexión WiFi pueden provocar cáncer. De acuerdo con los investigadores no hay ninguna evidencia de que los campos electromagnéticos de baja intensidad puedan provocar efectos perjudiciales para la salud.
Las ondas que genera la antena de un móvil y otros equipos de telecomunicaciones, conocidas como campos de radiofrecuencia o electromagnéticos, se encuentran por debajo del umbral límite determinado por las autoridades. Dicho límite se estableció porque los campos por encima de una determinada potencia provocan un calentamiento dañino de los tejidos humanos. Pero incluso si los móviles superarán ese límite, no habría riesgo de cáncer.
La investigación fue encargada por el gobierno noruego, que había percibido un aumento de la preocupación ciudadana sobre este tema tras la publicación de estudios sensacionalistas y de escasa fiabilidad publicados anteriormente.
El comité de expertos encargado de llevarla a cabo ha despejado todas las dudas: ni los móviles, ni el WiFi, ni otros emisores similares de ondas electromagnéticas causan cáncer, infertilidad masculina, otros daños reproductivos o enfermedades en el sistema endrocrino o inmune.
La mayoría de informes previos sobre la relación entre telefonía móvil y cáncer se centraron en la cabeza y el cuello, pero la investigación de este grupo noruego no ha encontrado evidencia alguna para asociar los móviles al tumor cerebral. Los registros de cáncer no han aumentado desde que se popularizó el teléfono móvil por estas razones. Tampoco es cierto que este tipo de terminales provoquen hipersensibilidad electromagnética como se había querido hacer creer.
¿Quiere esto decir que la hipersensibilidad electromagnética no existe? El director del estudio, Jan Alexander, no va tan lejos. «No tenemos bases para afirmar que los síntomas sean imaginarios. Pero un gran número de estudios sugieren que dichos síntomas deben tener otras causas que los efectos físicos de los campos electromagnéticos de baja intensidad.»
Así que no te preocupes. Si has notado que la oreja se te calienta después de usar el móvil, no quiere decir que estés a punto de tener un encuentro con la parca. Lo que pasa es que la batería del móvil se calienta.
Redacción QUO