La discreción es un rasgo capital de la medicina para VIP, pero también tiene otras características. “Sobre todo, es preventiva y predictiva”, apunta Juan Carlos Ruiz, director del Instituto Urológico de Madrid: “En los chequeos habituales que hago a altos directivos es raro que encuentre un problema grave de salud, pero cuando aparece está en fase incipiente y tiene solución”. Todos los centros privados de referencia (Clínica Ruber, Quirón, los centros del Grupo Hospital de Madrid, Teknon o la Clínica Universitaria de Navarra) tienen unidades especializadas en chequeos para altos directivos cuyo coste medio es de alrededor de 1.200 euros. La prueba general incluye exploración, análisis de orina y sangre, pruebas radiológicas y cardiológica (electrocardiograma, ecocardiograma y prueba de esfuerzo), ecografía abdominal, revisión oftalmológica y de otorrino. Es el pack básico, al que se incorporan otras pruebas específicas según el paciente. Pero lo más llamativo es que todas ellas, una docena de media, se llevan a cabo en una mañana (en la sanidad pública tardarían varias semanas). Un ejemplo: los ejecutivos de El Corte Inglés las pasan en la Clínica Universitaria de Navarra; llegan a Pamplona por la mañana y por la tarde vuelven a casa con la ITV pasada. A esta revisión se ha unido otra “cinco estrellas” capaz de predecir qué posibilidad tiene un paciente de sufrir algunas patologías, desde un ictus a una enfermedad neurodegenerativa. El Instituto de Investigación Biomédica EuroEspes, de La Coruña, se ha especializado precisamente en este tipo de pruebas para directivos, que incluyen análisis genéticos e inmunológicos, y tienen un coste de entre 5.000 y 6.000 euros. Así, el riesgo cardiovascular se averigua combinando los datos del colesterol con los de la Proteína C reactiva, que vuelve inestable la placa de grasa de las arterias. Con los datos del chequeo, los ejecutivos vuelven a sus despachos con información pormenorizada sobre qué estrategia desarrollar para conservar el más importante de sus capitales, su salud, porque con 45 años puede conocer las probabilidades que tienen de sufrir un ictus cuando se jubilen. Ya lo decían nuestros abuelos: “La salud es lo que más importante”. La frase vale para todos, pero especialmente para un VIP. Si ha conseguido colocarse en la élite que decide el destino de un país, ¿por qué no ha de hacer todo lo posible por llegar a ser uno de los cuatro millones de centenarios que se calcula que habrá en el 2070?

Redacción QUO