¿Cómo puede saber una persona que haga ejercicio si tiene algún riesgo de muerte súbita? La cardióloga Carmen Adamuz, que trabajó en el Centro de Alto Rendimiento de Sevilla, recomienda a los deportistas que se fijen en los resultados de una prueba que suelen hacer habitualmente: medir su frecuencia cardíaca. Si después de un ejercicio intenso, esta no se reduce en 25 latidos durante el primer minuto, algo no funciona bien en el corazón.
El periodista y médico Ignacio Romo ha bautizado la prueba como «La regla de los 25 latidos» y la recoge en su libro El Enigma Antonio Puerta (La Esfera de los libros). Un año después de la muerte del jugador del Sevilla, Romo intenta responder a la pregunta: ¿Por qué mueren tantos deportistas» y concienciar sobre la importancia de hacerse chequeos médicos que incluyan, al menos, un electrocardiograma. Según los especialistas consultados por el autor, «la mayor parte de los problemas del corazón que podrían ser incompatibles con el deporte dan la cara en los exámenes cardiológicos».
De todas formas, el riesgo cero no existe; uno de cada 7.600 deportistas que practican futing fallece al año de muerte súbita, según un estudio epidemiológico hecho en Rhode Island, Estados Unidos. El dato puede llamar la atención, pero midiendo riesgos y beneficios, sigue mereciendo la pena hacer deporte. Ignacio Romo pone un ejemplo: «Si un corredor de 45 años decide continuar corriendo un año más, posee un riesgo considerablemente menor que si optara por un estillo de vida sedentario durante ese año».
Redacción QUO