El sol tiene muy mala prensa, pero no siempre es tan nocivo como se cree. Según ha puesto de manifiesto un equipo de investigadores de la Universidad Erasmo, de los Países Bajos “los resultados de los estudios epidemiológicos parecen indicar que una exposición solar (continuada), sea o no debido (en parte) a la vitamina D, reduce el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, particularmente de colon, mama y próstata, así como el linfoma de Hodgkin”. Una exposición intermitente, sin embargo, puede favorecer el cáncer de piel.
La facilidad de la piel para adaptarse a la luz solar también está entre los efectos positivos de una exposición continuada. La pigmentación que se produce al tomar el solo es una forma natural de protección. “Las quemaduras solares y la alergia al sol son dos de los efectos producidos por la sobreexposición a los rayos UV de una piel poco preparada para el sol. Una exposición moderada de la piel de manera continuada activa su sistema natural de protección ante un exceso de luz solar”, explica Ad Brand, del Foro de Investigación sobre la Luz Solar (SRF).
Redacción QUO