Los implantes médicos son cada vez más frecuentes en el mundo de la salud. Pero, hasta ahora, nadie se había preocupado por su seguridad. ¿Qué pasa si algún hacker decide piratear un marcapasos? Las consecuencias pueden ser dramáticas.
Para evitarlo, Ari Juels, Masoud Rostami y Farinaz Koushanfar, investigadores de los laboratorios H2H, en colaboración con la Rice University, ha ideado la solución: generar un password que permita o deniegue el acceso al implante.
En el estudio, estos tres científicos proponen dotar de una base externa a los servicios de emergencia. Básicamente, la forma de funcionar consiste en que este terminal identifica el ritmo y la actividad cardiaca mediante un electrocardiograma (ECG) que actúa como una fuente biológica que genera números aleatorios. El objetivo es que esta información se comparta entre el dispositivo y el equipo médico. Una vez que el algoritmo se compara con la señal que emite el implante, proporciona el password que permite el acceso a su manipulación.
Redacción QUO
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