La lobotomía es una práctica médica que alcanzó su eclosión en la década de 1950, aunque diez años después, comenzó a quedar arrinconada. Y hemos dicho arrinconada porque, realmente, nunca desapareció del todo. De hecho, hoy en día es habitual practicar lo que podemos denominar lobotomías ligth, usando el término inglés en su doble sentido, tanto de ligero, ya que estas nuevas intervenciones no son tan agresivas, como de luz, debido a que dichas operaciones se realizan con láser.
Nos estamos refiriendo a una técnica quirúrgica llamada cingulotomía anterior que consiste, básicamente, en usar el laser para anular una determinada y muy pequeña área del cerebro. Un tratamiento que, al parecer, resulta muy eficaz en los casos de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y también para aliviar el dolor extremo.
La técnica consiste esencialmente en hacer una pequeña incisión en el cráneo del paciente, por la que se introduce un bisturí laser. Con él se procede a neutralizar una pequeña área de la región cerebral concodia como córtex cingulado. La zona «lesionada» con este tipo de intervención, resulta mucho menor que en el caso de la lobotomía tradicional.
Por supuesto, este tipo de tratamiento no se aplican a todos los pacientes. Tan solo a un 30%; el que engloba a aquellos sujetos que no responden positivamente a las terapia o a los fármacos. Ahora, se está planteando también la posibilidad de utilizar este tipo de cirugía para tratar algunos casos de depresión profunda.
Redacción QUO