¿Por qué a algunas personas no les basta con la dosis de sal que el cocinero ha echado a la comida? Todos conocemos a alguien que, coma lo que coma, lo rocía primero con el salero como si no hubiera un mañana.

Ahora, una investigación realizada por la Universidad de Kentucky, y cuyos resultados se han presentado en la reunión anual de la American Heart Association, ha revelado la existencia de una variación genética que hace que las personas sientan una especial preferencia por las comidas muy saladas.

Dicha variante ha sido detectada en el gen TAS2R38que, ya anteriormente, había sido vinculado con la preferencia por los alimentos amargos.

El hallazgo plantea interesantes cuestiones. Por un lado, la primera conclusión sería pensar que el gusto por los sabores amargos y salados tiene raíces similares, aunque los investigadores también piensan que esta asociación puede ser un mecanismo del organismo para lograr que la sal enmascare el sabor amargo.

Y, por otro lado, más práctico, el descubrimiento abre la puerta a futuras investigaciones para tratar de conseguir que esas personas que sienten una atracción desmesurada por la sal, moderen dicho impulso.

Fuente: http://www.telegraph.co.uk/science/2016/11/13/preference-for-salty-food-determined-by-genes-new-research-finds/

Vicente Fernández López