Cualquiera que use lentes de contacto habitualmente, ya sabe que hay que ser muy cuidadoso con la higiene de las mismas para evitar problemas oculares, que pueden ir desde la conjunctivitis a otros mucho más graves. Pero los problemas pueden ser aún mayores en quienes usan lentillas para disfrazarse.

Un estudio realizado por investigadores del Forensic Chemistry Center, United States Food and Drug Administration, en Ohio, analizó 258 modelos de lentillas con fines decorativos que se vendían en Estados Unidos (algunas de ellas sin la autorización de los organismos sanitarios), y encontró que todas ellas estaban contaminadas con microorganismos muy peligrosos para el ojo humano. Incluso, las que si estaban autorizadas.

Eso sí, las diferencias entre los niveles de contaminación de unas y otras era considerable. Entre las no autorizadas, la proporción de lentes afectadas era del 60%, mientras que en las legales solo era del 4%.

Entre los microorganismos detectados está el Bacillus cereus, causante de la endoftalmitis, una infección que afecta a todo el globo ocular, incluido el interior del mismo, provocando enrojecimiento y pérdida de visión progresiva. En los casos más graves causa la ceguera total y obliga a extirpar el ojo. También se ha detectado la presencia de la Pseudomona aeruginosa, una bacteria que produce unas enzimas que causan un daño irreparable en la córnea.

Hay que recordar que el estudio se ha realizado en Estados Unidos pero, en nuestro país, también se han dado puntualmente casos similares. Como el que sucedió en 2013, cuando el Ministerio de Sanidad ordenó retirar del mercado un lote de lentillas de una marca autorizada que estaban contaminadas con el Bacillus cereus.

Vicente Fernández López