Los padres suelen tener especial cuidado en esta época del año con sus hijos cuando van a piscinas, playas o lagos, con el fin de que sus pequeños no tengan un accidente en el agua y puedan ahogarse. Muy pocos saben que existe otro tipo de accidente fatídico llamado «ahogamiento seco, el cual se produce cuando los pulmones de una persona se inhabilitan para extraer oxígeno del aire por varias razones (contener la respiración, parálisis muscular…).

Por desgracia, unos padres de Texas han descubierto muy tarde en qué consistía. Llevaron a su hijo de cuatro años a nadar al dique de Texas sin ningún problema aparente en la excursión. Pero, días después de esta, el pequeño empezó a mostrar síntomas difusos, como vómitos, diarrea y molestias en el estómago. Como es normal, los padres no relacionaron estos síntomas con el baño en el dique, pero una semana después, Frankie falleció.

Al realizar la autopsia, los padres informaron a la familia de que el niño tenía líquido en sus pulmones y también cerca del corazón. Según recoge un medio de Chicago, la doctora Kay Leaming-Van Zandt explicó que para ahogarse «solo hace falta una fracción de segundo, no es tan dramático como vemos en las películas». Según explican, el llamado ahogamiento seco o secundario, se produce después de que una persona traga agua y puede llegar a ocurrir días u horas después del baño. Entre los síntomas que hay que observar, además de los que sufrió Frank, está tos persistente, somnolencia y fatiga.

Fuente: wgntv.com

Rafael Mingorance