Suena igual de raro a como es, y ha sido la propia microbióloga y ciclista profesional de Mountain Bike, Lauren Petersen, quien lo ha descrito con ese nombre “dopaje de heces”. Lo ha hecho en la revista digital “Bicycling” tras descubrir un microbioma que reside en las tripas de los ciclistas profesionales y que apenas se encuentra en aquellas personas que no practican el deporte (solo un 10%).

Gracias a una investigación científica liderada por ella en el Laboratorio de Medicina Genómica de Jackson (EE.UU.) ha conseguido separar unos microorganismos que son únicos en estos deportistas. El más importante responde al nombre de Prevotella y se cree que juega un papel importante en la recuperación muscular, de ahí su importancia para aquellos deportistas que carecen del mismo.

La propia Petersen asegura que ella misma no poseía ese microorganismo en su cuerpo por un problema de salud y que es un ejemplo vivo de cómo se puede hacer una transmisión efectiva vía rectal para conseguir que su cuerpo lo adquiriese. Primero dio con un donante sano, otro compañero ciclista de élite que le entregó una muestra, la cual inyectó directamente hasta los intestinos gracias a un enema a la inversa, algo que hizo en 2014 y de lo que habla ahora sin tapujos: “En Estados Unidos no se puede hacer un trasplante de heces a menos que sea para tratar una enfermedad grave como diarrea crónica, por ello lo hice en mi casa por mi cuenta, no fue algo divertido, pero fue sencillo. En menos de un mes comencé a sentirme mejor que nunca, con más energía. Todo cambió para mí”.

Petersen asegura que este trasplante le ha ayudado con sus entrenamientos e incluso ha comenzado a ganar carreras. Por otro lado, ha iniciado un proyecto alrededor de esta práctica y ha pedido ayuda a 35 compañeros para continuar con su investigación, que está segura, servirá para más gente: “Mis resultados no solo van a ayudar a los ciclistas, sino a toda la humanidad”.

Fuente: ScienceAlert

Alberto Pascual García