­- Por exigencias de la vida. La multiplicidad es una estrategia de nuestra mente para desenvolvernos en un medio cambiante, ya que nos permite alterar nuestra conducta según las circunstancias.

Como respuesta. Los diferentes personajes que componen nuestra personalidad permanecen callados y afloran para dar respuesta a situaciones de ansiedad o estrés. En el caso de los niños, se expresan por medio de su “amigo imaginario”.

Por prevención. Cuanto más diversas son nuestras experiencias, mayor es el número de personajes diferentes que debemos desarrollar. La psicóloga Patricia Linville, de la Universidad de Duke, sugiere que cuantos más “yoes” tenga una persona o, como ella dice, “personalidades tributarias”, mejor dotada se encuentra para enfrentarse a las situaciones difíciles que se le planteen.

Para compensar varias carencias. Por ejemplo, un profesor con poco carisma puede adoptar el tono de voz de un amigo para resultar mucho más ameno al impartir sus clases.

Redacción QUO