Tener alteraciones del humor, del comportamiento o problemas de memoria por culpa de haber recibido numerosos golpes en tu cabeza durante tu juventud no parece ninguna broma. Es lo que ocurre precisamente con los jugadores de fútbol americano. Y ahora un estudio recién publicado alerta aún más sobre la cuestión.

El problema tiene envergadura. Se analizaron 202 cerebros de jugadores de fútbol americano, que, tras su fallecimiento, fueron donados a la ciencia. Nada menos que el 87% de ellos tenía signos de Encefalopatía Traumática Crónica (CTE) el nombre de la enfermedad que es la bestia negra de los deportistas que reciben golpes en la cabeza. El balance es aún más grave si se toma por separado el porcentaje de jugadores que compitió en la exigente NFL, en éstos, todos, salvo uno, mostraron signos deCTE.

Pero, ¿en qué consiste la Encefalopatía Traumática Crónica? Lo que se sabe hasta ahora es que a raíz de los golpes que recibe la cabeza, se propicia la formación de agregados de la proteína Tau, similares a los que se forman en las personas que padecen alzheimer. Estos agregados hacen perder a las neuronas sus funciones normales y además se extienden hacia las células vecinas.

A las personas con esta enfermedad les pueden ocurrir dos cosas: la primera opción es que desarrollen síntomas similares al alzheimer (deterioro cognitivo) años después de dejar su carrera como jugadores de fútbol americano. La otra opción es quizá aun peor, pues en esta modalidad la enfermedad da la cara cuando el paciente es más joven y suele cursar con alteraciones del comportamiento o del estado de ánimo.

Los autores del estudio, publicado en la prestigiosa Journal of the American Medical Association, también desean mostrar cierta prudencia respecto a la posible existencia de sesgos en la selección de los pacientes. En este sentido, los científicos apuntan que para analizar los cerebros éstos han tenido que ser donados a la ciencia y que es probable que los pacientes con síntomas más graves o sus familias hayan decidido donar el cuerpo en mayor medida que aquellos sin alteraciones importantes.

Redacción QUO