Fue algo fortuito. Como suele ocurrir con los grandes descubrimientos, este fue otro caso más. Un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, liderados por el profesor asistente de otorrinolaringología, cirugía de la cabeza y cuello, Karl Koehler, han creado por casualidad folículos capilares a los cuales les crecen pelos. Lo más sorprendente, es que lo consiguieron en una placa de Petri dentro de un laboratorio cuando trabajaban en el desarrollo de otro proyecto, uno completamente diferente relacionado con la generación de células del oído interno a partir de células madre embrionarias de ratón. Os explicamos.

Para empezar, introdujeron un grupo específico de moléculas de señalización en otro de células madre de ratón. Las señales químicas indujeron a las células a transformarse en un nuevo tipo, que fueron las que comenzaron a originar el tejido de la epidermis (la capa más externa de la piel). Pero, no se quedó ahí la cosa, ya que también comenzó a desarrollarse la capa inferior, la dermis.

Mientras que la epidermis es una capa simple de células planas que proporcionan una barrera entre el cuerpo y el ambiente exterior, la dermis es más compleja. Está compuesta por diferentes tipos de tejidos y estructuras, incluyendo nervios, glándulas sudoríparas y sebáceas, así como vasos sanguíneos. Así que, gracias a un ambiente ideal, las células comenzaron a crear piel en miniatura, de la misma manera en que se desarrolla de forma natural dentro del útero. Pero la sorpresa fue aún mayor cuando descubrieron que también crecía pelo.

A pesar de que es un paso pequeño, supone un interesante objeto de estudio de cara a desarrollar órganos en laboratorio para ser luego trasplantados a los humanos, o piel que pueda llegar a ser injertada posteriormente. De alguna manera, ayudar a que las personas con problemas capilares o de piel puedan llevar una vida mejor.

Fuente: IFLScience

Alberto Pascual García