Oliver McAfee es un turista irlandés de 29 años que lleva siete semanas desaparecido en el desierto de Néguev, en Israel. Hasta la fecha, las únicas pistas que se tienen sobre su paradero son las páginas arrancadas de La Biblia, que el hombre ha ido dejando sujetas con piedras en distintos lugares de dicho desierto. Esos hallazgos han hecho sospechar a las autoridades que el joven podría padecer un extraño tipo de delirio conocido como el síndrome de Jerusalén.

Fue en el año 2000 cuando se acuñó por primera vez dicha expresión, en un estudio publicado en el British Medical Journal. El informe se refería a un curioso trastorno que afectaba a algunos viajeros que visitaban Jerusalen, y que empezaban a comportarse como conocidos personajes de la tradición religiosa, especialmente de La Biblia. El síndrome afectaba igualmente a judíos, cristianos y musulmanes. Los pacientes, además, tenían visiones místicas y algunos afirmaban poseer poderes milagrosos.

Aunque este fenómeno ya se conocía desde la década de 1930, cuando un psiquiatra llamado Heinz Herman se refirió a él con el nombre de fiebre de Jerusalén. Estudios posteriores han revelado que este tipo de trastorno también se produce en otros lugares considerados sagrados, como La Meca.

Pero, ¿cuál es la causa? Existe bastante controversia al respecto. Hay especialistas que apuntan a que quienes lo sufren ya padecían anteriormente algún tipo de trastorno psicótico. Aunque otros estudios refieren casos de pacientes que no habían mostrado ningún síntoma psicótico antes de su llegada a Jerusalén. Sea como sea, lo cierto, es que, según el Ministerio de Sanidad de Israel, tan solo en una década se han registrado alrededor de 1.200 casos de personas afectadas por esta curiosa forma de delirio.

Vicente Fernández López