La publicación JAMA Dermatology recoge los casos de dos mujeres (sin relación entre ellas) que perdieron el pelo por comer alimentos que contenía calabaza. En ambos casos, las dos pacientes notaron que tenía un sabor especialmente amargo, pero pese a ello terminaron su comida.

Poco a poco comenzaron a sentirse mal, y los síntomas fueron similares en ambos casos. Primero sintieron náuseas y diarrera (clara señal de que habían sufrido una intoxicación alimenticia). Pero unos días después comenzó a caérseles el pelo, tanto en la cabeza como en la zona púbica. Y una de ellas incluso perdió parte del vello de los brazos.

Pero, ¿cuál fue la causa? Pues todo fue debido a una sustancia química conocida como cucurbitacina, que forma parte del sistema de defensa de las cucurbitáceas (variedad de plantas a la que pertenece la calabaza) contra los parásitos, y que tiene un característico sabor amargo. En tiempos pasados dicha sustancia fue usada como purgante, y se empleó como remedio en el campo de la veterinaria, aunque en 1943 se prohibió su uso por sus efectos tóxicos.

Actualmente, se está investigando con ella por sus posibles propiedades para luchar contra ciertos tumores. Pero, de entrada, esta sustancia es tóxica para el organismo humano, aunque raramente resulta mortal. Las calabazas que se cultivan con fines comerciales han sido tratadas para eliminar dicho compuesto, pero no ocurre lo mismo en los frutos que han crecido de forma silvestre.

Eso sí, los especialistas explican que una vez curada la intoxicación, el pelo de las dos pacientes volvió a crecer con normalidad.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López