La radiografía de la imagen pertenece a un adolescente chino de 13 años. El muchacho sentía una gran curiosidad por su aparato genital y, por alguna extraña razón, pensó que una buena manera de satisfacerla era introduciendo en su pene un cable de USB.

Llegó a introducirse nada menos que veinte centímetros pero, cuando intentó sacárselo, no pudo. Sus padres le llevaron al hospital, y los médicos introdujeron lubricante para intentar extraer el cable. Pero cada vez que intentaban sacarlo, el chico sentía más dolor.

Finalmente, comprobaron que el cable había llegado hasta la uretra, donde se había doblado, lo que hizo que quedase atascado. No quedó más remedio que operarle para poder extraerlo.

Fuente. IFL Science.

Vicente Fernández López