La ciencia no cree en viajes astrales, e intenta dar una explicación empírica a este fenómeno. Los últimos estudios consiguen, por ejemplo, recrearlo en un laboratorio y averiguar dónde se inicia
Déjà Vu artificial. Hasta ahora, el carácter imprevisible y fugaz de este fenómeno no había permitido estudiarlo en un laboratorio. El equipo del doctor Chris Moulin y la Universidad de Leeds (Gran Bretaña) lo han conseguido provocándolo por medio de hipnosis. Así estudian su relación con el proceso de la memoria y la conciencia humana.
Una y otra vez. Además, el equipo de Moulin ha descubierto que existen personas que tienen una sensación constante de que las nuevas experiencias que viven a diario les son “familiares”. Es lo que se ha denominado déjà vu crónico, y quienes lo padecen suelen caer en una depresión, por lo que hasta ahora se les trataba incluso con antipsicóticos.
¿Dónde reside? El estudio del déjà vu crónico da una explicación sobre dónde se produce. Parece ser que, cuando recordamos el pasado, en nuestro cerebro se “enciende” un circuito del lóbulo temporal. Quienes padecen esta enfermedad crónica tienen este circuito activo permanentemente, por lo que generan memorias que aún no existen.
Detector de recuerdos. El laboratorio de neuroimágenes de la Universidad de York (Reino Unido) ha comenzado a colaborar con el equipo de Moulin para estudiar este fenómeno. Así podrán determinar las áreas neuronales del cerebro implicadas directamente en el déjà vu, en los distintos estados de conciencia y en la elaboración de recuerdos.
Sentimientos, experiencias, imágenes, etc. La creencia de que lo nuevo no lo es puede darse de muchas formas:
Déjà Vècu. Se trata de la sensación de haber pasado previamente por una experiencia, cuando en realidad es la primera vez que la vivimos. Son la mayoría de los déjà vu que sufrimos; en concreto, un tercio de ellos.
Déjà Senti. Lo que se conoce como “ya sentido”. Se diferencia del anterior en que implica una precognición, y que lo que se “recuerda” son solo sensaciones. Sucede a veces en epilépticos con daños en el lóbulo temporal.
Déjà Visité. Es la menos común y la más misteriosa, ya que se trata de recordar un lugar en el que no hemos estado como si ya lo hubiéramos visitado. Llama la atención que quienes lo padecen recuerdan detalles increíbles.
Déjà Èprouvé. Si, por ejemplo, la primera vez que montas en una montaña rusa sientes que ya lo has experimentado. Se trata de un déjà vu en el que el conjunto de la experiencia (lo que hueles, ves y oyes) te parece familiar.
Jamais Vu. Lo conocido como “nunca visto”. Es no recordar haber visto algo antes pero, al ponerse frente a nuestra vista, nos despierta una sensación extraña que nos hace sentir incómodos. Como se está frente a algo sobrenatural.
Presque Vu. “Lo tengo en la punta de la lengua”. Esta expresión tan coloquial es la mejor descripción de este fenómeno. Se produce cuando sabemos que conocemos algo e intentamos recordarlo, pero sin conseguirlo.
¿A quién le ocurre?
Aunque parezca mentira, tu carácter, ritmo de vida y tendencia política te predisponen:
Estresados. Les ocurre más a menudo a quienes viven situaciones de tensión que a quienes están relajados.
Jóvenes. Según los expertos, es un fenómeno que se pasa con la edad. Resulta que la mayoría de las experiencias se dan entre los 15 y los 25 años, y van disminuyendo conforme vamos cumpliendo años.
Muy viajeros. Tener un nivel intelectual alto y mayor creatividad aumentan las probabilidades de sufrirlo.
Progresistas. Si tus ideas políticas son liberales, sufrirás más déjà vu que si son conservadoras.