Recientemente, y debido a la falta de donantes lusos, España ha comenzado a exportar semen a Portugal. Y se plantea comenzar a hacerlo también Gran Bretaña, dónde ha saltado la alarma por la terrible escasez de donantes. Además, a nuestro país, beneficiados por las leyes que permiten la inseminación de parejas homosexuales y madres solteras, llegan italianos y franceses buscando parte del mítico ADN ibérico. Hoy, la donación de esperma no solo es legal en prácticamente todo el mundo, sino que se ha convertido en un lucrativo negocio que, según cifras de The Wall Street Journal, genera cada año ganancias por más de 100 millones de euros. Y las cifras tienen todas las posibilidades de aumentar más aún. Un estudio realizado por científicos del Departamento de Crecimiento y Reproducción de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, resalta que entre 1940 y 1990 la calidad de semen ha descendido notoria y hasta alarmantemente.
De 113 millones de espermatozoides por mililitro hemos pasado a 66. Casi la mitad. La investigación se realizó consultando trabajos científicos publicados en esos cincuenta años alrededor del mundo.
Otro estudio, publicado en Human Reproduction, confirma las tendencias. Entre 1989 y 2005, los espermatozoides por mililitro han seguido ausentándose; ahora ya son apenas 49 millones.
Pero la cifra por ahora no resulta alarmante. “La Organización Mundial de la Salud publica un manual de normalidad referente a las cantidades de espermatozoides”, señala Ferran García José, responsable de Andrología del Institut Marquès de Barcelona, “y el mínimo normal está establecido en unos 15 millones. Pero sí, es cierto, las cifras están descendiendo.” Las causas son diversas: el alcohol, el tabaco, la ropa ajustada, la prácica de ciertos deportes, como el ciclismo, que ejercen presión en los testículos…
“En los países industrializados”, agrega García José, “la baja calidad del esperma se debe también a los xenoestrógenos (compuestos creados por el ser humano que, sin ser hormonas, actúan como si lo fueran). Están en todos los sitios, en los alimentos, el maquillaje, las bebidas, un aerosol… Es una parte del tributo de la modernidad. Mientras tanto, en los países subdesarrollados, insecticidas que se usan indiscriminadamente, como el DDT, también afectan a la fertilidad masculina”. Esto ha hecho que en España, donde cerca de un millón de parejas tiene problemas de infertilidad, el 40% de ellos por parte del hombre, muchos recurran a un banco de esperma.
Pese a la mala fama del sistema bancario, este, en particular, parece vislumbrar un final feliz.
A la caza del semen perfecto
Cuando surgieron los primeros bancos de esperma en Estados Unidos, a comienzos de la década de 1980, el 100% de las que iban allí eran parejas heterosexuales. “Hoy, la tendencia ha cambiado”, afirma a Quo Ole Schou, director del Cryos Bank, el banco de esperma más grande del mundo. “Ahora, las parejas heterosexuales constituyen apenas el 40%. El resto son madres solteras y parejas homosexuales.” El Cryos Bank, nacido de un sueño húmedo de Schou (él mismo cuenta que soñó que recogía espermatozoides de un mar helado hace 27 años), exporta a 70 países. Y es capaz de hacerlo en menos de 24 horas. Desde que se fundó, en 1991, “hemos ayudado a que nazcan unos 30.000 niños, más de 2.000 por año”, confirma Schou. “Claro, que esto se debe en parte a los estrictos controles que efectuamos y en parte a las leyes danesas.”
Cryos comenzó solicitando donaciones de estudiantes universitarios que pasaban rigurosos tests. En abril de 1991 envió sus primeros productos, y dos semanas después el hospital danés Mermaid declaraba cinco embarazos. El negocio se expandió y hoy es un lucrativo mercado internacional: los beneficios son cercanos al 80%, aunque la cantidad de donantes que tienen en el mundo (porque no solo envían, sino que reciben también esperma de donantes internacionales) es “un secreto de estado”, confirma Schou. Pero cada vez exportamos más. De hecho, ahora mismo estamos pensando en abrir oficinas en otros países –por ejemplo, España– para tener diferentes tipos de donantes, ya que las parejas no solo buscan rubios y de ojos claros. Hace poco, estaba en un bar y vi a una persona de color. Me acerqué a él y le pregunté si quería ser donante de semen. Todavía me duele el golpe que me dio”.
Las leyes y los controles son los dos factores que más han alterado el mercado de exportación de semen en el mundo. Por un lado, los controles exhaustivos de Estados Unidos, por ejemplo, lo han convertido en el mayor exportador de materia seminal en el mundo. Y Dinamarca, gracias al Cryos Bank, va en un cercano segundo puesto, ya que allí los controles se han extremado desde que se supo, unos meses atrás, que un donante quizá haya transmitido una dolencia genética, no grave, a cerca de 40 niños.
El hombre de los huevos de oro
La segunda variable son las leyes. Italia y Francia, por ejemplo, tienen políticas muy restrictivas a la hora de inseminar a parejas homosexuales. España no. Por eso vienen aquí ciudadanos de estas nacionalidades con el objetivo de convertirse en padres. En Israel pasa otro tanto respecto a la prohibición de donar semen de los países musulmanes limítrofes. Y luego está el asunto del anonimato. Más allá de que muy pocos padres quieren contarle a su hijo que en su concepción estuvo involucrada la oficina de correos local, el hecho de que muchos países hayan derogado la ley que garantizaba el anonimato de los donantes (Inglaterra y Canadá, por ejemplo) ha hecho que la tasa de donantes disminuya y comience a importarse materia prima de otros sitios.
Sin embargo, no todos los bancos operan bajo la misma premisa. Xytex, por ejemplo, les da a sus clientes fotos y nombre completo de los donantes, y los hijos pueden contactar con el padre cuando cumplen 18. Rainbow Flag Health Service asegura que “tu hijo crecerá sin secretos. No van a fantasear con que su padre es el rey de Baviera o Charles Manson”. El banco California Cryobank provee, por una cifra extra, un archivo sonoro grabado por el propio donante. Una cosa es cierta: las historias de donantes que reciben de pronto un pedido de pago por gastos de hijos desconocidos constituyen casi una leyenda urbana: solo sucede cuando se dona esperma en bancos no oficiales.
Las cifras de estas “transexiones” son bastante… jugosas: por cada donación, dependiendo del banco, se pueden pagar entre 75 y 250 euros. Sí, los donantes, dependiendo de las leyes locales, pueden recibir pagos o compensaciones por las llamémoslas “molestias”. Algo que en España se ha convertido en un negocio en tiempos de crisis. En el Instituto Bernabéu, de Alicante, reconocen que entre 2009 y 2011 tuvieron un aumento del 50% en el número de candidatos a donar semen, y entre 2011 y 2012, del 15%. Actualmente, hay lista de espera en nuestro país para donar.
Pero eso es lo que paga el banco. El depósito que efectúa el donante sirve para rellenar entre tres y seis viales, y cada uno de estos se vende por 300 a 600 euros.
Eso sí, no puede donarcualquiera. El 90% de los españoles no es apto, según cifras del centro de fertilidad Ginefiv. Y las cifras son globales, señala Schou. Según estudios de la OMS, uno de cada diez donantes pasa la primera evaluación para donar: estado físico, edad (entre 18 y 35 años), antecedentes familiares y cuestionarios de varias horas de duración.
Una vez aprobado en primera instancia, el voluntario regresa otro día, entra en una cabina, donde cuenta con los estímulos apropiados para hacer su “ingreso en efectivo”, y entrega este “cheque” en blanco al laboratorio. Allí se realiza un lavado para separar los espermatozoides del líquido seminal y se congela a -80ºC. Una vez inmovilizados, se les somete a un frío aún mayor (unos -196ºC) por unos instantes y se almacenan en tanques de nitrógeno líquido. Allí se mantienen durante 6 meses, mientras al donante se le hacen tests periódicos para demostrar que no tiene HIV, hepatitis u otras enfermedades de transmisión sexual. Una vez cumplidos estos requisitos, el esperma está listo para ser embalado.
¿El futuro oro blanco?
En Europa, las rutas de exportación son complejas y están determinadas por las leyes. “Pese a existir una directiva de la UE”, apunta Schou, “cada país tiene sus propias normas. Nosotros podemos exportar semen de donantes anónimos a ciertos sitios donde el anonimato está prohibido. No creo que lleguemos a tener una ley común para toda la Unión Europea nunca. Esto es un mercado, y la UE todavía no lo ha entendido así”.
Y como mercado, tiene sus perspectivas. La tendencia al descenso de la calidad del semen también se ve afectada, según un reciente estudio del Hospital General de Massachusetts, por el sobrepeso: el recuento espermático en alguien con dieta desequilibrada puede ser un 43% inferior que el del resto. Le pregunto a Ferran García José si esto convierte a ciertos donantes en la gallina de los huevos de oro. “Por ahora no”, asegura. Por ahora…
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