Según el Informe Alimentación y Sociedad en España, publicado en octubre por la Fundación Mapfre, el 95,4% de los españoles afirma desayunar todos los días. Sin embargo, todos los expertos consultados para este reportaje coinciden en asegurar que la mayoría lo hacemos como un trámite (el 67 por ciento, de pie), a menudo desequilibrado y, sobre todo, poco variado.
Mucho más que tomar algo
“Como su propio nombre indica, el desayuno es el momento de poner nuestro cerebro en funcionamiento después de varias horas de ayuno. De hecho, las investigaciones están demostrando que en niños y adolescentes, cuando el habito del desayuno está bien consolidado, los tests de función cognitiva, atención, etc., son mejores. Y en adultos está comprobado que quienes desayunan mejor mantienen el peso corporal en rangos saludables. La razón es que el desayuno ayuda a controlar nuestro ritmo circadiano, siempre que lo hagamos a una hora constante. Pero es importante dejar claro que desayunar no es tomar algo, como hacemos la mayoría de los españoles, sino que debemos ingerir lo necesario para empezar el día con los nutrientes necesarios”, asegura Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo.
Varios estudios confirman que quienes desayunan bien tienen más posibilidades de mantenerse en un peso normal y evitar la obesidad
Porque, como explica María Elisa Calle, especialista en nutrición de la Fundación Española del Corazón: “Tras diez horas de ayuno hay una reserva muy limitada de hidratos de carbono, por lo que, si no ingerimos algo, empezaremos a “comernos” nuestros músculos, pues necesitamos obtener energía para movernos y entrar en funcionamiento. Además, a primera hora de la mañana entran en acción hormonas, como el cortisol, que también requieren de azúcar para funcionar. De hecho, para mantener una buena marcha y que no haya picos de insulina descontrolados, los estudios recomiendan no hacer ayunos de más de cinco horas”. Aunque, por supuesto, este debe estar adaptado a nuestro estado físico, edad, actividad, etc.
Dime quién eres…
“Es evidente que un niño necesitará menos cantidad que un adulto. En general, debemos tener en cuenta que esta comida debe aportar entre el 20 y el 25% de la ingesta diaria total. Así que, teniendo en cuenta esto, deberemos calcular la cantidad que nos corresponde”, termina Calle.
Así que en la redacción de Quo pensamos que era buena idea consultar a expertos en nutrición de diversa índole para que nos dieran las pautas del desayuno perfecto generales y en algunas “condiciones especiales”. Y después, pedimos al departamento de I+D del Basque Culinary Center en San Sebastián, la Universidad para chefs en cuyo consejo asesor cuentan con Ferran Adrià y Joan Roca, que los materializaran. Allí Íñigo Cojo y su equipo elaboraron para nosotros los diez ejemplos que ilustran este reportaje. Porque si a la hora de comer y cenar intentamos variar y ponemos en práctica recetas que requieren cierta elaboración, ¿por qué no hacerlo a la hora del desayuno?
“Después de años viviendo en España, me he dado cuenta de que la monotonía de los desayunos es fruto de falta de cultura gastronómica en la primera comida del día”, asegura la health coach Beatriz Larrea.
De hecho, la OMS repite a menudo la importancia de esta comida, sobre todo por países como el nuestro. “Yo he estado en el consejo asesor para este tipo de informes varias veces y se hace especial hincapié en la pedagogía que hay que hacer para cambiar hábitos en España e India, sobre todo”, termina el experto en microbioma Francisco Guarner.