Todo lo que aparece a continuación son medicamentos para el tratamiento de déficits o enfermedades cognitivas, pero sus efectos sobre la atención, la memoria y el rendimiento intelectual han hecho que se los conozca como ‘drogas para listos’. Los hemos dividido por su punto de adquisición:

Con receta:
Modafinil, o Provigil. Medicamento creado para tratar la narcolepsia, que puede mantener a una persona despierta y alerta durante 90 horas sin producir ansiedad ni nerviosismo como la cafeína. Tanto es así que quienes lo toman, a pesar de no poder descansar, trabajan más y mejor que otra persona que sí ha descansado. Sin embargo, tiene efectos secundarios, como dolor de pecho, de cabeza, naúseas y posible reacción cutánea. Por supuesto, no debe tomarse sin consultar al médico.

Methylphenidato hydrochlorídrico (ritalín). Desarrollado para tratar el déficit de atención (TDAH) o hiperactividad. Sin embargo, en EEUU se está utilizando indiscriminadamente por personas que desean incrementar su capacidad de concentración durante una época de exámenes o gran carga de trabajo. Sus defensores dicen que, en pequeñas dosis, ayuda a fijar la atención y que potencia la memoria. Entre sus efectos secundarios está la adicción.

Piracetam. Es un fármaco que tiene una acción de estimulación de la memoria y otras funciones intelectuales mediante mecanismos que aún no se conocen en su totalidad. En principio, están pensados para personas con problemas de demencia, alzhéimer o algún tipo de deterioro cognitivo.

Mercado negro:
Modafinil, o Provigil: Adderall. Otro medicamento desarrollado para tratar a personas con problemas de atención e hiperactividad que mejora los niveles de dopamina y norepinefrina. Su uso indiscriminado puede provocar adicción, dolores de cabeza, insomnio e incluso ataques al corazón.

Otros:
Nicotina. Investigando para acabar con la adicción a la nicotina, se ha descubierto que esta actúa en los receptores de acetilcolina en el cerebro, estimulando las conexiones neuronales y mejorando la memoria y la atención. De hecho, se está trabajando en su inclusión en medicamentos para tratar enfermerdades como el alzhéimer. Hasta entonces, fumársela produce adicción y cáncer, como ya es bien sabido.

Ampakinas. Creado para modular las señales químicas que el cerebro utiliza para aumentar la memoria, este fármaco facilita la creación de conexiones neuronales entre regiones cerebrales. Fue inventado por Gary Lynch, un profesor de la Universidad de California, pero todavía no ha sido aprobado como medicamento ni en EEUU, ni en Europa. Las primeras pruebas hechas con humanos multiplicaron por dos su memoria inmediata.

Redacción QUO