Cargar el móvil o el mp3 con el calor corporal. Es lo que pretende un equipo del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT). Sus responsables, el profesor Anantha Chandrakasan y su alumno de doctorado Yogesh Ramadass, señalan que la diferencia de temperatura entre el cuerpo humano (o un objeto caliente de otro tipo) y el aire circundante podría utilizarse como fuente de energía y sustituir o reducir la necesidad de baterías.

La tecnología en la que trabajan estos investigadores, todavía a nivel experimental, aprovecha las diferencias de apenas uno o dos grados, produciendo pequeñas cantidades de energía eléctrica (alrededor de 100 microvatios), pero suficientes para pequeños dispositivos. Ramadass recuerda que el consumo de energía de la mayor parte de sensores electrónicos, procesadores y dispositivos de comunicaciones se ha reducido considerablemente en los últimos años.

Según estos expertos, su sistema podría permitir el seguimiento, las 24 horas del día, de la frecuencia cardíaca, el azúcar en la sangre u otros datos biomédicos, a través de un dispositivo sencillo que se llevaría en un brazo o una pierna y alimentado sólo por la temperatura del cuerpo. Asimismo, podría ser usado para monitorizar los gases de escape de las chimeneas de una planta química o la calidad del aire en los conductos de calefacción y sistemas de ventilación.

Redacción QUO