La prenda apareció por primera vez en 1785, en la revista de moda francesa Cabinet de modes ou les modes nouvelles, el Elle de la época. Era de color verde dragón, con solapas verde manzana, e hizo furor en la Francia revolucionaria. Desde París se extendió a toda Europa; en España ya se usaba en el reinado de Fernando VII. El término en castellano es una adaptación del francés «fraque», que se cree que procede del alemán «frack» o del inglés «frock», con el que se designaba el hábito que se vestía en las comunidades religiosas.
Redacción QUO
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