Si estás cansado del turismo convencional y te gustan las emociones fuertes, esta propuesta te interesa. Chernóbil, cuyo reactor nuclear sufrió una grave explosión en 1986 que propagó su radiactividad por toda Europa, se ha convertido en un destino turístico.
Sergiy Ivanchuk, director de la agencia de viajes giras SoloEast, cuentó a Reuters que «la compañía vio un aumento del 30 por ciento en el número de turistas que iban al área en mayo de 2019», después del lanzamiento de la serie de HBO. En comparación con el año pasado, «las visitas comenzaron a crecer un 40 por ciento en las reservas para los meses de verano», explicó.
Algunas empresas privadas organizan el viaje y ofrecen visitas guiadas (hay que seguir el recorrido “oficial” y no salirse del grupo) por entre 100 euros y 375 euros, dependiendo del número de integrantes que se consiga.
Sus responsables ofrecen entre otras cuestiones una visita a la planta nuclear, incluido los restos del reactor número cuatro que desde 2016 está cubierto por una gran cúpula de metal con forma de arco de 108 metros de altura. La comida se hace en el único restaurante de la ciudad, se pasa por el punto de control de Dytyatky y se hace una medición de la radiación.
La planta siguió produciendo energía hasta el año 2000 y todavía mantiene una plantilla de 2.500 personas. Desde el desastre, que de forma permanente ha provocado el desplazamiento de más de 300.000 personas, se mantuvo una zona de exclusión de 30 millas cerrada al público. Pero ya no es así y ahora también se puede entrar.
Particularmente macabra es la visita a Prypyat, una ciudad que llegó a contar con 50.000 habitantes. Ahora es un pueblo fantasma donde incluso los libros todavía permanecen en los pupitres de la escuela.
Redacción QUO