Unas excavaciones en los restos de un pozo negro que se remonta a tiempos medievales, situado en el corazón de Londres, han servido para que un equipo del Museum of London Archaeology, haya realizado un hallazgo asombroso. Se trata de los restos de los afilados dientes de una lamprea, que pudo ser el primer plato de un suntuoso banquete medieval.
Se sabe por las crónicas históricas que la lamprea era un plato muy apreciado en la Inglaterra medieval, aunque casi no había evidencias arqueológicas que lo avalasen. Eso es debido a que su esqueleto está hecho de cartílago, y sus dientes de queratina (igual que nuestro pelo y uñas), y ambas sustancias no se preservan con facilidad.
El análisis de los restos encontrados revela que la lamprea a la que pertenecieron fue comida en algún momento situado entre los años 1270 y 1400. Precisamente, en ese período de tiempo, concretamente en el año 1135, se produjo la muerte del rey Enrique I de Inglaterra.
Según relatan las crónicas del historiador Enrique de Huntingdon, este soberano falleció por haber comido demasiadas lampreas, en contra del consejo de sus médicos personales. Aunque esa historia nunca ha podido ser confirmada.
Sea como sea, la lamprea era un manjar muy apreciado por las clases acomodadas desde tiempos de los romanos. Y en la Edad Media se convirtió en uno de los platos típicos de la cuaresma, cuando estaba prohibido comer carne.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López