En febrero de 2015, se descubrieron, durante unas excavaciones realizadas en el Cerro Aconcagua (Argentina), los restos de un niño de entre 3 y 5 años de edad, cuya antigüedad fue datada en más de 5.000 años. Este hallazgo motivó que a ese yacimiento se le bautizase con el nombre de «Niño de las Cuevas».

Y, ahora, un equipo del laboratorio de Paleontología Humana de la Universidad de Cuyo, ha encontrado en el mismo lugar los restos de otro infante. En este caso el esqueleto es de menor tamaño, lo que indica que el pequeño podía ser de menos edad. Y los restos han sido datados con una antigüedad de 5.700 años.

Según los investigadores, los enterramientos fueron realizados por pueblos de cazadores recolectores preincaicos, que vivían en grupos familiares numerosos y que probablemente llevaban una vida más o menos estable en torno a ese emplazamiento.

Fuente: Historia y Arqueología.

Vicente Fernández López