El complejo arqueológico de Tihuanaco, en la actual Bolivia, reúne algunas de las ruinas más fascinantes de la América precolombina. Restos de una suntuosa ciudad que fue construida por una cultura preincaica. Y entre ellas hay unas muy especiales. Son los restos de un templo llamado Pumapunku, que significa Puerta del Puma.

Debió de ser tan colosal, que los incas decidieron incorporarlo a sus rituales, y las crónicas españolas revelan que los conquistadores quedaron maravillados ante su esplendor. El problema para nosotros es que no sabíamos exactamente como era dicho templo, ya que el paso del tiempo acabó destruyéndolo.

Afortunadamente, un investigador de la Universidad de Berkeley llamado Alexei Vranich, ha logrado resolver el misterio. Recopilando toda la información existente sobre el templo, y estudiando los restos del mismo, ha logrado calcular como eran la mayoría de las piezas que lo formaban. Y ha podido realizar una reconstrucción en 3D del mismo.

El resultado revela que La Puerta del Puma fue creada para provocar en quien miraba a través de ella, la sensación de estar contemplando el infinito desde una estancia muy pequeña.

Fuente: Smithsonian mag.

Vicente Fernández López