El aburrimiento tiene mala prensa. Ya se sabe, cuando el diablo nada tiene que hacer, mata moscas con el rabo. Pero ¿y si eso de vaguear tuviera sus beneficios? Por ejemplo, estimular la creatividad y aumentar el rendimiento de los empleados. Investigadores de la Universidad Nacional de Australia han encontrado razones para pensar que esto es así.

Un primer estudio mostró que el aburrimiento ayuda a impulsar la productividad individual en la generación de ideas. En un segundo estudio demostraron que no conduce a otras emociones negativas, como el enojo o la frustración, destacando que el efecto único del aburrimiento en la creatividad. Y eso a pesar de algunas investigaciones anteriores que dedujeron que el aburrimiento puede llevar a una falta de motivación, insatisfacción en el trabajo y otros sentimientos perjudiciales para la salud mental.

En el tercer estudio encontraron que no incrementa universalmente la creatividad, sino solo en aquellos individuos con capacidades específicas, como una alta orientación hacia el objetivo de aprendizaje, una gran necesidad de cognición, apertura a la experiencia y un alto control interno. En ellos sí se produce ese plus de imaginación cuando se sienten aburridos. «La gente quiere salir de un estado aburrido, por lo que se entregan a un pensamiento único de búsqueda de la novedad, lo que pone de manifiesto la creatividad», indica Guihyun Park, autora principal de esta investigación publicada en Academy of Management.

Son hallazgos que aprovechan los autores para ver el aburrimiento como una emoción que motiva a las personas a participar en respuestas en busca de novedades y a menudo inusuales. Es decir, a hacer cosas diferentes a las respuestas típicas o previsibles. “Sobre esta base, las organizaciones podrían utilizar este recurso para motivar a los empleados a obtener resultados positivos”, concluyen.

Park admite que no todo tipo de trabajo permite el lujo del aburrimiento, y realmente puede ser perjudicial en algunos casos. “Yo diría que en los trabajos de seguridad en los que se debe permanecer vigilante todo el tiempo, el aburrimiento mantendrá su mente errante y eso sí es realmente malo».

Marian Benito