Se estrena en neustros cines The Pelayos, película basada en la historia real de una familia española que logró hacer saltar la banca en un casino de Macao, basándose en el estudio de las imperfecciones de la ruleta.

Lo que no es tan conocido es que el patriarca de dicha familia Gonzalo García Pelayo, antes de convertirse en experto «salteador de casinos», se había distinguido por una breve pero curiosa carrera como director de cine a finales de los 70 y principios de los 80.

Cultivó un cine popular, o mejor dicho, populachero, ambientado en Andalucía y que no le hacía ascos al erotismo menos glamuroso ni a temas espinosos como las drogas.

En su filmografía destacan títulos como Vivir en Sevilla, Intercambio de parejas frente al mar y la que probablemente sea su película más conocida, Corridas de alegría (1982). Una comedia de acción sobre la amistad que se entabla entre un camello de baja estofa y un trilero en una calle de Málaga, y que de reprente se convierten en poseedores de un valioso alijo de drogas. La película es un desfile de chistes zafios, escenas de sexo que más que excitar producen grima… Un canto intencionado a la cutrez indisimulable de un país que se sacudía la caspa del franquismo y trataba de dárselas de moderno. Pero, vista hoy, Corridas de alegría conserva un extraño encanto.

Luego, García Pelayo abandonó las cámaras y se dedicó al más lucrativo negocio de hacer saltar la banca de los casinos. No se.. Pero a mi me habría gustado que la película sobre su historia la hubiera dirigido él mismo.

Vicente Fernández López