Si piensas que observar con atención el movimiento de los ojos te permitirá detectar cuándo una persona te miente, deberías ser cauto en tus conclusiones. Es lo que sugiere una investigación que desmonta la creencia de que una mirada hacia arriba y a la derecha acompaña a la mentira mientras que una mirada arriba y a la izquierda es una buena señal de la verdad.
Dos universidades inglesas y una canadiense han diseñado tres experimentos que echan por tierra la idea. Las pautas se han extendido a lomos de la Programación Neurolingüística (PNL), “una recopilación de técnicas psicológicas que aspiran a mejorar la vida de las personas” y que relaciona el movimiento de los ojos con el pensamiento, según los autores.
La investigación, que ha sido publicada en la revista PLoS ONE, ha incluido tres experimentos que se han centrado en determinar la relación entre el movimiento de los ojos y la veracidad de lo que se dice; en evaluar la capacidad de las reglas propuestas por la PNL para detectar las mentiras; y en comprobar si los casos reales siguen las pautas descritas por la disciplina.
Los 32 participantes del primer experimento fueron entrevistados dos veces sobre una situación experimental que habían vivido, pero las grabaciones de las conversaciones no mostraron una relación entre el movimiento de los ojos y la mentira. En el segundo experimento 50 personas se dividieron en dos grupos. A uno se le explicaron las reglas de detección de mentiras de la PNL y al otro no, sin que eso supusiera un aumento en su capacidad para desvelar las mentiras.
Pero ninguna de las personas implicadas en ambos experimentos estaban verdaderamente motivadas para construir una buena mentira, así que un tercer experimento consistió en analizar 52 vídeos de personas que hacían un llamamiento público relativo a un familiar desaparecido. Algunas pruebas indicaban que la mitad de ellos mentían, pero no mostraban el movimiento ocular que predice la PNL.
Los investigadores señalan que su trabajo es el primero que aborda experimentalmente las técnicas que propone la PNL para detectar las mentiras. También indican que sus resultados están en la misma línea de otros estudios que coinciden en que la cara no ofrece pistas para reconocer fácilmente cuando nos mienten. Eso sí, lo que no explican es por qué seguimos confiando en numerosas pautas para ver la mentira en los ojos ajenos. Habrá que esperar a futuras investigaciones.
Andrés Masa Negreira
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El estudio que mencionas, ya lo leí el original y carece de muchísimas pautas a nivel científico. te comparto algunas que detecte y que son muy graves al afirmar que una técnica no funciona. CREO QUE CARECE DE TODO RIGOR CIENTIFICO, deberias modificar tu articulo por el bien de la ciencia. con mucho respeto te dejo mis apreciaciones. saludos!
Tamaño de la Muestra Limitado: El estudio se basó en un pequeño grupo de solo 50 participantes. Esto puede no ser representativo de la diversidad de la población y puede introducir sesgos debido a la falta de tamaño de la muestra.
Origen de los Participantes: Los participantes se reclutaron a través de contactos de los experimentadores, lo que podría sesgar la muestra hacia un grupo particular de personas con características específicas. Esto plantea preocupaciones sobre la representatividad de la muestra.
Posible Sesgo de Información: En el grupo de «entrenamiento de PNL», los participantes recibieron información previa sobre los patrones de movimiento ocular asociados con la mentira. Esto podría haber influenciado sus juicios y afectado negativamente la validez de los resultados.
Falta de Validación de la PNL: El estudio no abordó la cuestión fundamental de si los patrones de movimiento ocular propuestos por la PNL tienen alguna validez científica en la detección de mentiras. No se evaluó si estas afirmaciones de la PNL eran válidas antes de utilizarlas como base para el experimento.
Falta de Validez Ecológica: Los experimentos utilizados en los estudios 1 y 2 podrían no representar situaciones de la vida real en las que la detección de mentiras es crucial y puede tener consecuencias significativas. Esto limita la aplicabilidad de los resultados a contextos prácticos.
Sesgo de Expectativa: Los participantes podrían haber tenido ciertas expectativas sobre los resultados del estudio debido a su conocimiento previo de la PNL o la afirmación de que se estaba estudiando la «psicología de la mentira». Esto podría haber influido en sus respuestas y comprometido la validez de los resultados.
Falta de Control de Variables Externas: El estudio no menciona si se controlaron o registraron variables externas que podrían influir en la detección de mentiras, como el estado emocional de los entrevistados o la calidad de la grabación.
atentamente
ERICK CONTRERAS
CRIMINOLOGO.