Como el cuerpo, ella también se cansa. Los primeros síntomas de agotamiento son la sequedad y la disfonía, que puede acabar en una afonía. Hablar mucho, gritar y toser a menudo son malos hábitos que hacen que se resientan las cuerdas vocales. Lo mismo pasa con el consumo de tabaco, alcohol y cafeína. Para evitar sobresaltos, los especialistas recomiendan:

  • Dormir ocho horas
  • Beber agua
  • Evitar las temperaturas
  • extremas
  • Respirar lenta y profundamente
  • Si tienes que hablar en público, lo mejor es evitar comidas copiosas, para esquivar cualquier problema gastrointestinal
  • Los alimentos que pueden perjudicar a la voz son los animales de caza, salsas, cremas, quesos fermentados, sopas de pescado, foie gras, chocolate y bebidas gaseosas
  • Después de comer hay que lavarse los dientes a conciencia, bostezar para relajar la garganta y beber un poco de agua

Redacción QUO