Las mujeres modernas descienden de una larga línea de madres que han tenido que tomar sabias decisiones sobre la elección de la pareja sexual. Su objetivo en el entorno era encontrar hombres con buenos genes capaces de proveerlas de recursos.
Como descendientes, las mujeres de hoy en día cargan con esta “sabiduría ancestral”, según David Buss, psicólogo de la Universidad de Texas y autor del libro Why women have sex. Por eso, las féminas se fijan (aun sin darse cuenta) en el estado de salud, el estatus y capacidad de protección de los hombres. Compiten entre ellas porque el número de hombres deseables disponibles es limitado.
Su fin es sellar el vínculo con su pareja. El psicólogo evolucionista Robert Frank cree que el amor romántico ha evolucionado para garantizar la unión y la cooperación entre dos personas que dure el tiempo que requiere criar a los hijos hasta que no necesiten cuidados constantes.
«Se trata de una emoción social y consciente que implica pasión, lujuria y lazo entre los miembros de la pareja” Ignacio Morgado. Psicobiólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona.
El hombre, por su parte, con el amor quiere asegurarse de que su pareja le es fiel y que sus crías salgan adelante. “La monogamia es una forma de garantizar la pervivencia de la carga genética por parte del varón”, explica el arqueólogo Enrique Baquedano. No obstante, no todas las sociedades siguen un mismo patrón amoroso. No siempre implica exclusividad y monogamia. Los antropólogos sociales ya demostraron hace años que existen otras relaciones distintas, como el matriarcado y la poliandria.
A pesar de todo, esta sabiduría ancestral no es determinante es nuestro comportamiento, puesto que “el mayor desarrollo de la corteza cerebral humana modifica las conductas instintivas y aumenta la relevancia de los estímulos y condicionantes sociales”, puntualiza el neurocientífico de la UAB Ignacio Morgado. El amor, por lo tanto, es un comportamiento exclusivo de los humanos que va más allá de los impulsos más animales. Es un sentimiento único que hace girar el mundo.
Redacción QUO