A veces la realidad supera la ficción y la ciencia a la ciencia ficción. Es el caso de esta investigación, que parece sacada de Minority Report o del relato de Philip K. Dick ‘El informe de la minoría‘ en el que se basa la película de Spielberg. Sin ánimo de hacer spoiler, los que la hayáis visto recordaréis que el protagonista, interpretado por Tom Cruise, es el jefe de una fuerza policial denominada PreCrimen, capaz de predecir los asesinatos con antelación suficiente para evitarlos.

Según un estudio publicado por la revistas PNAS, investigadores del Mind Research Network de Albuquerque (Nuevo México) han hallado una manera de predecir si un preso volvería a las andadas en caso de ser liberado. Para ello, sometieron a 96 convictos a resonancias magnéticas funcionales justo antes de su puesta en libertad. De esta forma, analizaron su actividad cerebral mientras realizaban en un ordenador tareas que requerían decisiones rápidas y capacidad para inhibir las reacciones impulsivas. Después, controlaron sus movimientos durante sus primeros cuatro años de libertad para ver como habían evolucionado.

¿La conclusión? Aquellos prisioneros con escasa actividad en la región del cerebro asociada con la acción y la toma de decisiones son más propensos a reincidir y tardan mucho menos en volver a estar entre rejas. Y así sucedió también con los sujetos de este experimento.

Los reos con una actividad en el cortex del cíngulo anterior (CCA) inferior a la media, presentaban una tasa de reincidencia 2,6 veces mayor para todo tipo de crímenes y 4,3 veces mayor para delitos no violentos.

Los propios autores reconocen que todavía queda mucho trabajo por delante hasta que esta técnica sea fiable y consistente, capaz de alertar solo acerca de los verdaderos peligros de reincidencia. El principal problema es que el CCA «es una de las áreas del cerebro humano que se activan con mayor frecuencia durante todo tipo de tareas y estados psicológicos» afirma el neurocientífico de la Universidad de Colorado Tor Wager. Una escasa actividad en esta región puede deberse, entre otras cosas, a la impulsividad, el consumo de cafeína o una baja motivación. No siempre tiene por qué estar relacionado con el comportamiento criminal, así que es necesario perfeccionar la técnica para separar el grano de la paja.

Además, incluso si consiguen dominarla, hay un gran número de implicaciones legales y sociales que debemos tener en cuenta, como puede ser la presunción de inocencia y el derecho a la reinserción del preso. De lo contrario, podemos acabar en un mundo tan distópico como el que proponía Philip K. Dick.

Redacción QUO