Sí, ese tomate espachurrado del fondo de la bolsa del súper sufre más de lo que aparenta. Sigue vivo, y para colmo de males, sabe hasta qué hora es. Según una investigación publicada en la revista Current Biology, según tratemos a las frutas y las verduras, pueden incluso ayudar a prevenir enfermedades.
Para demostrarlo, los investigadores simularon ciclos día-noche para controlar los relojes biológicos de coles, zanahorias, espinacas, lechugas, calabazas y arándanos. Según Janet Braam, autora principal del estudio, “las frutas y verduras no mueren al ser cosechadas. Si se miden y estimulan sus ritmos circadianos, las hace desarrollar más antioxidantes, que ayudan a prevenir enfermedades como el cáncer”. Además, mantener a raya sus ritmos día-noche, les ayuda a evitar los insectos hostiles y a mantener sus nutrientes.
*Publicado en Quonectados nº 216
Redacción QUO