Osama Bin Laden era el hombre más buscado del mundo, y también uno de los más temidos. Pero lo que nadie podía sospechar es que el terrorista más famoso de todos los tiempos (con permiso de Carlos el Chacal) es también un consumado poeta.
Más de 1.500 cintas con gragaciones confidenciales fueron incautadas por las tropas estadounidenses en el cuartel general de al quaeda en la ciudad afgana de Kandahar. Lo que no podían sospechar es que en ellas se encontraban centenares de discursos de Bin Laden.
Según los especialistas que los han analizado, son discursos con una gran carga poética. Repletos de metáforas y figuras estilísticas que los convierten en textos muy emotivos, y que fueron pronunciados en bodas y ceremonias religiosas.
Como muestra reproducimos aquí unos de sus versos: «El sigue adelante, tiñendo el filo de las lanzas de rojo. Que Dios no permita que mi ojo se aleje de los humanos más eminentes, si estos caen». No es que sea Baudelaire, pero bueno, ahí queda.
Vicente Fernández López